El varon al que pude matar. Estaba apoyado en la terraza de un bar cuando se me acercaron 2 jovencitos quinceaneros.

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El varon al que pude matar. Estaba apoyado en la terraza de un bar cuando se me acercaron 2 jovencitos quinceaneros.

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Arturo Perez-Reverte

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Ocurrio hace anos de vida. “Tu quisiste liquidar a mi padre”, dijo alguno de ellos a quemarropa. Las mire, desconcertado. “?Quien seri­a vuestro padre?”, pregunte. Me lo dijeron. Estuve un instante callado y posteriormente pregunte quien les habia contado eso. “Nos lo ha contado el”, respondieron. Me gusto su aplomo, su decision sobre crios dispuestos a ajustar cuentas. “?asi­ como vuestro pater me tiene rencor?”, inquiri. Fue el de mi?s grande quien respondio. “No, porque dice que el habria hecho lo mismo”. Entonces les pedi que se sentaran. Lo hacen, recelosos. Nunca quisieron escoger ninguna cosa asi­ como se quedaron en el borde de la silla, extremadamente tensos. Eran chicos duros asi­ como me gusto que lo fueran. Entonces les conte mi lectura de la biografia.

Ocurrio a finales sobre 1975 en un lugar del Sahara llamado El Farsia; que era como estar en mitad sobre la nada, con la diferenciacion sobre que esa ninguna cosa estaba llena de soldados marroquies que tenian cercada a la diezmada katiba de guerrilleros saharauis. Desplazandolo hacia el pelo habia un impedimento extra: habia alli 2 periodistas espanoles sobre veintipocos anos de vida, con la penosa fortuna de no permanecer con los marroquies sino con las otros, los guerrilleros. Desplazandolo hacia el pelo tanto estos como las periodistas lo estaban pasando bastante mal. No habia maneras sobre irse de alla, al que se movia lo achicharraban, y Con El Fin De colmo no quedaba agua para beber, el sol pegaba vertical con unos 45? a la sombra —si hubiera habido sombra, que nunca era el caso—, desplazandolo hacia el pelo la inmovilidad, el sudor, los tiros, el tormento de estas moscas, el miedo, ponian las nervios al margen de las resistencia.

Todo acontecer persona, por templado que sea, dispone de esos limites. Son las circunstancias las que te acercan o alejan sobre ellos. Aquel dia de tortura insoportable, los nervios sobre uno de los reporteros tocaron el limite primero que las del otro. Salio principal su numero. Asi que, detras de tener aguantado a lo largo de dias y especialmente a lo largo de las ultimas horas, agotado por la nerviosismo, perdio la compostura. Existe que rendirse, dijo. Gritemos que somos periodistas, levantemos las brazos y salgamos de aqui. Su companero, no obstante, no lo veia mismamente de sencillo. Ninguna persona sabia que estaban alli, opuso con evidente significado, y a los de enfrente les daban igual dos vidas mas o menor. Tampoco les iba a gustar que hubiera testigos sobre aquello, ni que 2 reporteros fueran en plan coleguillas con las enemigos. Y no ha transpirado si los cogian vivos, anadio, quiza afuera peor, porque les iban a ir dando por el culo hasta Tarfaya. Esa fue exactamente la frase, concreta, inolvidable: “Nos va a ir dando por el culo Incluso Tarfaya”.

El plan, habia citado el lider de las saharauis, era aguardar la noche para infiltrarse entre las marroquies y no ha transpirado escapar. Sin embargo Con El Fin De eso habia que permanecer tranquilos desplazandolo hacia el pelo callados. Sin embargo, el otro reportero nunca se dejaba persuadir. Empezo a ofuscarse y a vocear, al completo eso tirados cadaver a tierra, parapetados dentro de las piedras desnudas, roncos de sed y no ha transpirado con el sol asesino referente a sus cabezas. Y cuando hizo ademan sobre levantarse de ir hacia las marroquies lds planet cГіmo utilizar, su companero le saco A algunos de los que estaban tumbados contiguo a ellos la pistola que el guerrillero llevaba en una funda colgada al cinto: la antigua Astra del 9 dilatado. El caso podri­a ser cogio la pistola, le quito el Indudablemente, se la puso al colega en la inteligencia y no ha transpirado senalo a las saharauis. “Si te pego un tiro —dijo con toda la firmeza sobre que fue capaz— estos nunca van an afirmar nada a nadie”. Y no ha transpirado los saharauis miraban, callados asi­ como aprobadores.

Esa misma noche, en total silencio las guerrilleros y no ha transpirado las periodistas consiguieron infiltrarse entre los marroquies —todavia actualmente da la impresion un prodigio al recordarlo— y escapar sobre alli. Salvo los diez min. sobre crisis, el proceder del informador que habia perdido un momento los nervios fue impecable. Arrastrandose en la oscuridad se condujo con un valor tranquilo, y hasta se arriesgo un par de veces de esperar desplazandolo hacia el pelo colaborar al companero. Publicados en Espana, los reportajes asi­ como fotografias han sido una gran exclusiva: exito total. Ninguno volvio a charlar el incidente hasta una semana mas tarde, cuando tomaban juntos una copa con las chicas del cabaret de Pepe el Boligrafo, en El Aaiun. En un segundo especifico, sobre improviso, alguno de ellos sonrio y le dijo al otro: “Supongo que yo habria hecho lo mismo que tu”. Esa fue su absolucion de hermanos, desplazandolo hacia el pelo no hubo nada mas. Despues se miraron a los ojos en mutismo y encargaron a Chocolate, el camarero bruno, la botella sobre champana que Silvia desplazandolo hacia el pelo la Franchute llevaban mucho rato pidiendo.

* pene de la Real Academia Espanola